Nelly y Sammy Tanco
Nelly y Sammy Tanco son de Villa Palmeras. Nelly estudió en La Goyco. Fueron parte por muchos años de Los Pleneros de la 21, grupo creado en Nueva York por boricuas que salieron de la Parada 21 cuando los expropiaron para construir el Centro de Bellas Artes.
Nelly and Sammy Tanco are from Villa Palmeras. Nelly studied at the Goyco School. For many years they were part of Los Pleneros de la 21 a group created by Puerto Ricans that migrated to New York after been evicted from their homes at the 21 Bus Stop in Santurce.
Sammy y Nellie son dos de los 10 hijos de Domingo Tanco y Carmen Ramos. Se criaron en el callejón Salgado, Villa Palmeras. Sammy era pregonero. Caminaba desde Villa Palmeras hasta Río Piedras vendiendo dulces de coco. Gritaba a todo pulmón para salir del producto que vendía a un chavo. Él entiende que esa experiencia lo preparó para la plena de esquina. “Yo no soy cantante, yo lo que soy es un gritón de esquina”, dice cuando se le pregunta sobre su trayectoria plenera.
Su hermana menor, Nelly, dice que desde niños escuchaban plena en el barrio y en la casa. Emilio Escobar, compositor y panderetero, era amigo del papá de los Tanco. Varios jóvenes del barrio se organizaron en un proyecto al que llamaron: La Chambelona. Se iban en una especie de parranda por Villa Palmeras bajando por la calle San Jorge y terminaban en la McLeary.
Los hermanos llevan más de 50 años en la ciudad de Nueva York. Fueron parte por mucho tiempo de Los Pleneros de la 21, una agrupación ya legendaria fundada por Marcial Reyes y Juan J. “Juango” Gutiérrez. La voz de Nelly aparece en la mayoría de los discos del grupo y la presencia de Sammy llegó a convertirse en parte integral de Los Pleneros. Con el grupo viajaron gran parte del mundo: Australia, Europa, Rusia, muchos países de América Latina y Estados Unidos de arriba a abajo.
Los Pleneros de la 21, que sigue bajo la dirección de Juan J. “Juango” Gutiérrez -National Endowment for the Arts Fellow- es una institución de la cultura nuyorquina. Ha entrenado a generaciones de pleneros y bomberos con sus talleres para niñas y niños. Por sus filas han pasado muchos pleneros tanto criados en Nueva York como recién llegados de la Isla. Su disco, Para Todos Ustedes, fue nominado al Premio Grammy. Lleva el nombre de la desaparecida comunidad de la Parada 21 en homenaje a ese sector cuna de pleneros, incluyendo a Marcial Reyes, que vivió allí por mucho tiempo. Los de la 21 fueron expropiados para construir allí el Centro de Bellas Artes y algunos fueron a tener a Nueva York.
Los Pleneros de la 21 le brinda trabajo fijo a un pequeño grupo de pleneros y eso es poco común para la música folklórica. A finales de los años ochenta, Nelly se integra a Los Pleneros de la 21, donde ya tocaba Sammy. Allí comparte por varios años con Doña Eugenia Ramos, “la mamá de Kako”, que bailaba, tocaba y cantaba. Además de ser una de las voces del grupo, fue por mucho tiempo, junto a Juango, encargada de administrar el funcionamiento del proyecto. La voz de Sammy se escucha también en los discos, así como en otros proyectos como Viento de Agua y hasta en un tema con Residente.
Sammy llegó primero que Nelly a Nueva York, en 1962. Se dedicó a trabajar en una tienda y se entrenó como delineante. Su padre, que era maestro de obra, le enseñó a hacer trabajos de albañilería. A eso se dedicaba mientras se juntó a hacer trabajo cultural con su amigo de la infancia Neco Otero, que también había emigrado a Nueva York, y con otros artistas de su época, como Tato Laviera. Juntos crearon proyectos que aún existen en la ciudad, incluyendo el Taller Boricua, que fue la base para la creación del Museo del Barrio. Tocó además con el Grupo Loíza y con Los Pleneros de la 110 de Víctor Montañez
Los Tanco vivieron un tiempo en la calle María Moczó y Nelly estudió la elemental en la Escuela Pedro G. Goyco. Cuando Nelly brincó el charco empezó a trabajar en la misma tienda que trabajaba su hermano, JC Penney. Fue actriz en varias obras de Tato Laviera. Se la pasaba rumbeando con Sammy en el Parque Central y en Orchard Beach en El Bronx. Ella llegó a Nueva York con una pandereta que cargó desde Villa Palmeras y que todavía conserva. Era un bombo de batería convertido en pandereta. “Me gradué de la Central en el 1966 y vine a Nueva York por curiosidad”, explica Nelly y asegura que no le fue tan bien esa primera vez. Regresó a Puerto Rico, pero solo para volver dos años más tarde para quedarse.
Foto de Néstor Cristancho