Ramón Pedraza

Ramón Pedraza es un ícono de la plena: canta, toca el requinto y fabrica panderetas.

Ramón Pedraza is an icon of plena: he sings, plays the requinto and builds panderetas.

“Yo soy Ramón Pedraza Quijano, nací en el Barrio Hoare -en la parte de abajo de Santurce- y fui a vivir desde joven a Puerta de Tierra”, cuenta el plenero. “Conocí pleneros y muelleros que se dedicaban a entonar plenas sobre lo que ocurría. Destaca a Ricardo Núñez “Caldí”, de Cataño, y a otro plenero que se conoció con el mote de “Satanás”, residente del ranchón El Tesoro. Había muchos pleneros entre los trabajadores de los muelles. Menciona a algunos: “Varela, Mariano, José Ramos, “Satanás” y “Caldí”. Se divertían tocando en lo que esperaban los barcos en los muelles.

Pedraza toca plena desde que era un niño. Aprendió con Yanes Flores, el papá de Bobó. También es artesano y “handyman”, hace trabajos de plomería y de electricidad. “En 1963 yo tenía 14 años, la principal de la Escuela Baldorioty, donde yo estudiaba, me confiscó tres panderetas y un güiro que yo me llevé para la escuela para formar una plena allí”, cuenta sobre sus inicios musicales. Recuerda, además, que tocó con Rafael Cepeda en la inauguración del Estadio Hiram Bithorn. “Aprendí tanto el arte de tocar las panderetas como el secreto de construirlas”, afirma. Bobó Flores sabía construir las panderetas. “Los primeros instrumentos que vi eran panderos de bandas de frenos, de placas de rayos X. Ahí comencé a ver cómo era la construcción y los materiales que se usaban. En el taller en la calle Las Flores de Ismael Rivera (artesano que tiene el mismo nombre pero ninguna relación con Maelo), usaban madera, pero eso era costoso. Los pleneros nos las arreglábamos con latas de galletas y recortando los calderos”, explica Pedraza.

En 1968 se mudó a Villa Palmeras. “Tenía 19 años, ya yo estaba casado”, recuerda. “Ahí conocí a los que en ese momento se llamaban Los Pleneros de las Casas, trabajé con ellos y con el gran Tanti. Conocí a Rafael Cepeda cuando era el organizador del Carnaval de San Juan, reclutado por la alcaldesa Felisa Rincón. Ahí también conocí a Ramón Rivera Chin, el papá de Papo Chin, que era el cantante de Cepeda”. Marcial Reyes ya estaba en Nueva York pero Pedraza conocía sus composiciones, como María Antonia.

Asegura que la composición no es su fuerte, aunque sí improvisa con facilidad sobre los temas de otros pleneros. “Recogía plenas de Emilio Escobar, Rafael Cepeda, Marcial Reyes, Sammy Tanco y otros pleneros que he conocido”, explica. “Las mías, en su mayoría, son coros de plena que no tienen gran trascendencia”.

“Las plenas de Marcial siempre me han fascinado. Yo considero que Marcial es el padre de todos los puertorriqueños que tocan plena. Se rumora que Marcial fue maestro de Cortijo y yo lo creo porque fueron vecinos en la Parada 21”.

Desde hace algún tiempo, Pedraza dejó de hacer presentaciones públicas y se enfoca en la música sacra. Sigue haciendo y reparando panderetas en su taller. “He añadido otros instrumentos que son de alabanza”, dice. Y especifica: “Yo sigo activo. Inclusive, he añadido los instrumentos de alabanza de la religión. Ahora reparo los que son de plena y los que son de alabanza. No hago presentaciones en espectáculos públicos, pero participo en la plena sacra”.

“Yo respaldo ese sentido de pertenencia que tiene la plena en los cangrejeros. Pienso que Santurce es una de las principales cunas de la plena y que los personajes que ha producido se han destacado y merecen un reconocimiento especial”, finaliza.

Foto de Xavier Araújo